¿Es posible reducir los dolores menstruales con Acupuntura?

Los dolores menstruales, conocidos médicamente como dismenorrea, afectan a un gran número de mujeres en edad fértil. En muchos casos llegan a ser tan intensos que interfieren en la vida diaria, limitando actividades, generando ausencias laborales y afectando el bienestar emocional.
Durante años se ha normalizado la idea de que “el dolor menstrual es lo normal”. Yo misma lo viví en primera persona. Sin embargo, quiero decirte algo importante: no es normal tener que depender de analgésicos de forma continua para poder sobrellevar tu día a día.
En mis consultas médicas, la respuesta que recibía era casi siempre la misma: “Es normal, y si no quieres tener esos síntomas, la solución es un tratamiento anticonceptivo”.
Probé esta vía en dos ocasiones. Con la conocida píldora anticonceptiva desapareció el dolor menstrual, sí, pero aparecieron otros efectos secundarios: dolores de cabeza, disminución del deseo sexual, cambios de humor, aumento de peso e incluso complicaciones a nivel linfático, que derivaron en un linfedema. Probé distintas formulaciones, pero los efectos adversos persistían en mayor o menor medida.
Al dejar la medicación, además, experimenté desajustes en mi ciclo: retrasos de hasta seis meses, cuando siempre había sido muy puntual. En ese momento me hice una pregunta clave:
- ¿Realmente esta es la única solución?
- ¿Cómo esperar resultados distintos si siempre recurría a las mismas opciones?
Fue entonces cuando una persona muy cercana me habló de la Acupuntura. Decidí probar sin pensarlo demasiado: “¿Qué tengo que perder?”.
Lo que sucedió nunca lo olvidaré. En abril de 2024, después de mi primera sesión de Acupuntura, aquel dolor insoportable que había acompañado mis menstruaciones durante años desapareció. Fue un auténtico antes y después.
Esa experiencia fue tan transformadora que poco después inicié mi camino de formación en Medicina Tradicional China. Lo que viví en esa sesión fue lo más parecido a la magia que he experimentado, pero sé que tiene una base sólida en el equilibrio energético y fisiológico que busca esta medicina milenaria.
Hoy mi relación con mi ciclo menstrual es completamente distinta. He recuperado la conexión con mi cuerpo, y aunque siempre estuve atenta a mi ciclo (excepto durante la etapa de anticonceptivos), ahora vivo cada menstruación desde un lugar de mayor armonía, conciencia y, sobre todo, sin dolor tan limitante.